Es el sistema

La Secretaría de Educación Pública es compleja y llena de vericuetos. Hagámos a un lado la crítica general a la educación en México, al SNTE, y enfoquemos esta reseña en algo más concreto: qué me dijeron en la SEP.

Un leve paseo por el organigrama de la SEP me llevó a identificar el lugar que necesitaba: la Dirección de Educación Especial del Distrito Federal. Esta dirección tiene muchas dependencias, todas ellas con nombres complejos y siglas indescifrables. La página de internet me indicó la dirección: Calzada de Tlalpan 515, segundo piso. Ahí llegué acompañada de una amiga que también está buscando escuela. Amable, un policía preguntó qué queríamos, respondimos que buscábamos información sobre escuelas que atendieran a niños con necesidades especiales de educación. Nos abrió la puerta.

Siguiente paso, un mostrador, detrás de él, una mujer que, nos percatamos después, estaba en una silla de ruedas, al verla, pensé que habíamos llegado al lugar indicado. Otra vez explicamos: venimos a pedir información … etcétera. La mujer nos indicó que esperáramos a «la maestra». El lugar era el lobby de un edificio habilitado de centro de información, la oficina del CRIO (Centro de Recursos de Orientación e Información) yo pensé que se llamaba CRIE, pero no. Dos mesas cubiertas con manteles azules, un módulo con una computadora y, en la parte de atrás, dos libreros, una pantalla desplegda y un cubículo. Recordé la frase de mi abuela «pobrecitos, pero muy limpiecitos».

Esperamos unos minutos, reconozco que la atención es muy atenta y rápida. Otra mujer se presentó y preguntó qué buscábamos. De nuevo la historia: tengo una hija que necesita educación especial… bla bla bla. La maestra, respondió:

– Pues están en el lugar indicado.

Respiramos con alivio.

Empezó un bombardeo de preguntas:

P: ¿Aquí nos pueden dar información sobre qué escuelas tienen programas de integración? ¿Tienen un directorio de escuelas privadas?

R: Bueno, todas deberían tener un programa de integración. -Desconfío del tiempo verbal aplicado, pero escucho-. Un directorio de escuelas privadas no lo tenemos, ni trabajamos con ellas, ésas se rigen aparte.

Nos explica entonces cómo funciona la educación especial en la SEP. De la larga explicación entendí lo siguiente:

La SEP del Distrito Federal tiene dos tipos de escuelas: los CAM (Centros de Atención Múltiple) y todas las demás. Los CAM atienden a todas aquellas personas que de plano no pueden asistir a una escuela regular, y los hay desde preescolar hasta secundaria, hay otros con capacitación para el trabajo. Cualquier escuela, ya lo sabía, debe atender a los niños con necesidades especiales.

– ¿Y quién los atiende? ¿Cómo le hacen? ¿Tienen personal en cada escuela? preguntamos.

– Para atender a los niños con necesidades especiales existe otra sigla-oficina llamada USAER (Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular). Ellos van a la escuela y capacitan y asesoran a los maestros.

– Entonces, es sólo cosa de escoger una escuela que nos quede cerca -pensé en mi secundaria-, inscribir a nuestros niños, hablarles de su necesidad especial, ir al USAER correspondiente y ya. Fácil.

– Bueeeeeno (sospeché del prolongado y chilango tono de resignación) no es tan fácil, porque, teóricamente, todas las escuelas deberían acceder, y aceptar, pero la verdad es que no todas se prestan fácilmente, algunas aceptan de mejor grado que otras, ahí sí es cosa de que busquemos una que les quede, que acepte y que les convenga. Porque ustedes pueden obligar a cualquier escuela pública, pero no conviene porque a nadie le gusta que lo obliguen.

Después, la maestra, llenó unos formularios con nuestros datos, los datos de nuestros niños y el diagnóstico por el cual necesitan educación especial.

En resumen: la SEP tiene una estructura burocrática eficiente, oficinas, personal, capacitadores y capacitados, pero ¿los capacitados serán realmente capaces? Ahí es donde mi amiga y yo nos miramos, incrédulas, críticas, escépticas. Empezamos entonces un diálogo sobre el deber ser y la realidad de la educación pública en México.

Yo recuerdé mi secundaria, éramos 57 alumnos, había doce materias, cada una con un maestro. ¿Cómo -me pregunto- puede estar cada uno de esos doce «capacitado» para atender a los dos o tres o más niños que tengan alguna dificultad? ¿Cómo puede una oficina del USAER de la localidad atender a una ingente población docente y escolar? No hay, como ocurre en Argentina, por ejemplo, una o dos personas por cada plantel para atender a los niños con necesidades especiales. No hay tampoco posibilidad de que algún niño asista a la escuela acompañado de un «maestro sombra». La oferta se reduce pues a capacitar y asesorar a los maestros.

Luego vino la parte, de la terapia y de los consejos que nos dieron con buena intención, escuchamos frases como: «Ahora bien, si ustedes tienen recursos, tienen que buscar ayuda, terapias, por ejemplo». «Sigan con su vida, ustedes son profesionistas, no dejen su carrera». «No van a estar para siempre, y no pueden proteger a sus hijos todo el tiempo».

Mi amiga y yo nos mirábamos de cuándo en cuándo, hemos aprendido a ser pacientes. Yo me quedé pensando: A terapias he ido desde que mi hija tiene tres años; como todos, quiero protegerla; buscar escuela es un trabajo de tiempo completo y, empiezo a pensar que también es una carrera; además, precisamente porque no voy a estar siempre, quiero una escuela que de verdad la ayude.

Nos despedimos de la maestra y quedamos de llamar la próxima semana.

Salimos de la oficina, nos metimos al VIPS de al lado, pedimos un café y unos bisquets con mermelada.

Mi amiga y yo nos despedimos con una sola certeza: tenemos que seguir buscando.

Acerca de Josefina Flores


8 respuesta a «Es el sistema»

  • Ingrid

    En Argentina tampoco pasa, creeme. Hoy pensé en una opción, luego te la platico. De la SEP… me abstengo. Te admiro por tu paciencia, persistencia, tu temple. Gracias por compartir.

  • Manuela Alvarez

    Pues yo opino que si en las escuelas públicas tienen que aceptarlos, pues adelante, a ver si se atreven a negarte el servicio, mira que se les puede armar una super bronca, y la verdad es que se la tendrían más que bien merecida, ir al conapred, etc., igual y no sirven de mucho, pero de que se puede armar un escandalazo, eso ni duda me cabe. Y también opino que pienses en la posibilidad de exhibir aquí en tu blog a las escuelas que se dicen «incluyentes» y le han negado la entrada a Cucacha. La verdad es que da coraje.

  • Amelia Rivaud-Morayta

    Lo que dice Manuela es cierto, pero habría que ver cómo se sienten las niñas. Los niños, más los de secundaria, son muuuy cabrones. Yo me acuerdo que me traían en jabón por mis bigotes. Ya no tengo: disimulados con agua oxigenada, arrancados con cera. ¡Lo que fuera necesario para quitar ese estigma!
    Cariños mil, paciencia y suerte.

  • Viétnika

    Mira, ahora lo quieren hacer en las guarderías… para que también ahí sea responabilidad de todos y obligación de nadie:

    http://www.m-x.com.mx/2012-02-20/proponen-que-las-guarderias-incorporadas-al-dif-acepten-a-menores-con-capacidades-diferentes/

  • Andrea

    ¡Ay, amiga! Es ahí donde Mexico distingue su calidad de país subdesarrollado. Es reconfortante ver que sí, existen los programas y la estructura para implementarlos; pero que te digan que no te conviene forzar a la escuela a utilizarlos, eso es inaudito. En EEUU la escuela debe, por ley, otorgarte lo que tu hija necesita y si no lo pueden proveer o no te gusta cómo lo aplican, o no le está sirviendo, les metes pleito hasta que te otorguen lo que necesitas. La buena noticia es que normalmente los padres ganan la batalla, la mala es que es un desgaste supremo de tiempo y energía y acabas enemistándote con más de uno, pero bueno. Precio ese muy bajo por lo que al final ganas.
    Lo que me molesta de tu caso, sin embargo, es que ella misma te disuadiera de no hacerlo, como si tuviera uno que tenerles miedo a los administradores de escuelitas privadas (mira que, en la experiencia de 30 años de mi madre y su escuelita privada, eran ellas siempre las que vivían con miedo a la SEP…).
    En fin, que ahí tienes las dos caras de la moneda; ahora está en padres como ustedes el obligar a poner en marcha dichos programas y asegurarse de que cada cual cumpla con su trabajo. Que qué trabajo, pues si. No para uno.
    ¡Ánimo!

  • Madre Histérica

    ahh que te puedo decir… no flaquees en la búsqueda.
    Por mi experiencia puedo decir que en mi caso todo se resolvio cuando llegué a una escuela privada de tecnica freinet, donde en la entrevista ni por asomo nombre el problema de lenguaje de mi hijo. Continue con las terapia particular que desde los 3 años, como vos, lo estoy llevando. Que sé yo, todo se vuelve complicado. Hay que buscarle la vuelta al sistema como mejor nos resulte para nuestros niños y nosotros.
    Luego viene la postura de la escuela, de los docentes, que al no estar capacitados, sobre demandados y sobrepasados por los niños no cuentan con la información para encontrar técnicas diferentes para acercar a los chicos al conocimiento y termina todo recayendo en los padres » despreocupados» que nada hacen por sus hijos…
    Al menos así me pasó a mi hasta que encontré la escuela donde van ahora. No es perfecta porque ninguna escuela lo es pero el trato, el compromiso y el interés por los chicos se ve, se nota y los chicos por sobretodo sienten que tiene un espacio para ellos en la escuela. Si quieres información de la escuela mandame correo y te la doy

    Eso sí, no por ser privada es la mejor, pase por varias también. Lo que preocupa es el desligue que hay entre las USAER y los docentes. tiene que ver con el «poder» mal entendido según yo. Donde el docente cree no necesita más información y se siente amenazado en su libertad de cátedra. Yo noté eso en Tlamatini, y si tenemos en cuenta que la psicóloga de USAER lo único que hizo por mi hijo fue darme un libro a leer…pues no sé que tan competentes sean.

    En fin, a no bajonearse y seguí buscando que esto es tedioso, largo y doloroso algunas veces pero no queda otra.

  • Rafa

    Chepa: Admiramos tu valentía y tu determinación. No cejes. Acá en Los Héroes, Ixtapaluca, hay una escuela primaria con el servicio de USAER y, hasta donde sé (mi sobrina Fernanda estudia en esa escuela y mi hermana ha formado parte de la mesa directiva varios años; además conozco algunos niños con necesidades especiales que han sido atendidos ahí) las experiencias son gratificantes (y ojalá para ti y Cucacha alentadoras): niños a quienes, al iniciar su instrucción primaria, nadie hubiera pensado que concluirían con éxito sus estudios y al salir parecen listos para comenzar, ahora con mejores pronósticos, la educación secundaria, y, lo más importante, desenvolverse y conducirse sin ayuda de nadie. La verdad no imagino cómo sea en secundaria, pero no les pueden impedir que den el siguiente paso. Creo que deberías buscar una escuela pública, donde están obligados a atender a todos; las escuelas privadas no son más que un negocio. Suerte

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